Amateur...
Tenía que hacer varios trámites, entre ésos, pedir un certificado. Llegué a las oficinas en donde trabajaba el encargado, luego de hablar con dos o tres personas del lugar. Como ya había terminado todo lo demás, me relajé mientras esperaba que terminara de atender a otra persona. Cuando llegó mi turno, me hizo pasar. Era bastante alto, pero nada especial. Excepto que me sonrió muy ampliamente. Y me dijo que esa era una muy buena hora, porque ya venía menos público "para atenderla mejor…con más tiempo" (¡!). Ya me dio risa el tono, pero intenté simular que no lo había notado. Entre mis consultas para conseguir la información que necesitaba, él comenzó a preguntarme respecto a mi familia, al posible "compromiso" "porque no me va a decir que una mujer como usted va a estar solita"…!! Sería un desperdicio. Ingenuamente le pregunté por qué lo decía. Hay que mirarla y darse cuenta no más…y la sonrisa se hizo más amplia (de oreja a oreja, diría). No habíamos conversado ni quince minutos y ya nos estábamos tuteando. Y algo había en la atmósfera, que evidentemente nos tenía un poco tensos. La conversación se hizo muy divertida y me pidió que fuera a la semana siguiente para retirar el documento. Si surgiera algo antes, te llamo. Y al despedirme, se acercó y me pareció (¿?) que iba a besarme, no en la mejilla, claro….creo que fue algo muy instintivo, pero otra vez fingí que no me daba cuenta. Fue un poco sorpresivo, pero al día siguiente recibí una llamada suya, para decirme que ya había agilizado los trámites y que podría ir cuando quisiera
a retirar el certificado. Entre risas medio nerviosas, me preguntó si salía muy tarde, aunque "seguramente tienes muchas invitaciones"…pero que si
algún día tenía más tiempo podríamos juntarnos para beber algo, no sé, me pareces una mujer especial…etc….yo pensaba que el tipo, sin dudas, estaba caliente. En mi caso, estaba más bien siguiéndole el juego…para ver hasta dónde llegaba. Pero no suponía que iría tan rápido…. Finalmente fui a verlo (porque tenía que entregarme el documento). Ahora, ya medio rojo, me dijo que en realidad, había apurado todo porque "merecía una atención más especial"….Había gente alrededor y trataba de averiguar más
de mí, sin parecer que era personal. De repente, dejó de hablar. Me miró fijamente por un minuto y se volvió a sonrojar. Ahora estaba muy segura de que estaba inquieto, nervioso…antojado. Antes de irme me dijo que me llamaría para confirmarme que todo estaba bien (la verdad, no había nada más pendiente, pero entendí a qué se refería). Tres horas después me llamó, y luego de varios rodeos, me dijo que lo tenía trastornado. Me tienes todo revuelto, así de improviso. Yo soy muy aburguesado (…) no hago estas cosas (…) pero no sé, hay algo en ti. Claro, había algo, un ego extralimitado por tanto halago y una urgente necesidad de sexo que no tenía desde hacía ya mucho tiempo. Y este hombre ya me gustaba. Un poco ingenuo, no digamos primerizo, pero me convencía su nerviosismo. Y era entretenido averiguar cómo sería en acción. ¿Y qué dirías si te pidiera que nos viéramos hoy….en la noche? Que sí. El pobre casi se desmayó, supongo, por el tono medio entrecortado de excitación que asomó en ese momento. Es que tú no sabes que me ha estado dando vueltas la idea de saber…de ver, de verte… Nos juntamos y me dijo al saludarme que pensaba que yo no iría…Le pregunté adónde íbamos. Me miró asustado. Yo me reí, entonces, porque el pobre no atinó a decir nada. Yo creí…bueno, aquí a la vuelta hay un lugar…y en la otra cuadra…¿qué quieres hacer…? Vamos a ese lugar. Y respiró aliviado. Mira, te vas a reír, pero sólo una vez he salido con otra mujer, desde que estoy casado, casi 18 años de matrimonio. A mí me daba lo mismo. Su historia no era asunto mío, pero ese tiempo, sí. Al estar ya solos, en la pieza, se acercó para tomarme de los hombros. Yo lo abracé para mostrarle cuánto podía acercarse. Nos besamos muy bien por unos minutos, mientras él tocaba, rozaba, apretaba, todo lo que quería. Esto era lo que quise hacer desde el primer momento. Me calentaste apenas te vi (¡ah!, vámonos confesando), te digo, no entiendo, no hablamos mucho (no era necesario), pero necesitaba tocarte así…y ya me bajaba el cierre del vestido y ponía sus manos en los pechos. Sus gemidos me calentaban, los dedos se metían en
mi boca y luego intentaban sacarme el sostén, sin mucho éxito. Puso su boca en los pezones, chupando lentamente, para mi sorpresa. Parecía un colegial estrenándose. Me fue quitando la ropa (casi toda). Tengo que decirte algo…a mí me gusta chupar harto, primero, pasarte la lenguita por todo tu cuerpo, y muy al final…que me sientas…¿qué opinas? Para mí era el plan ideal….Me pidió que no me moviera, que él se iba a "encargar"…(¿amateur, pero instintivamente bien?). Subía y bajaba por las tetas y me abría las piernas para meter la lengua muy suavemente. Parecía tan verdaderamente inspirado, que me rendí y lo dejé actuar casi solo. A estas alturas, yo estaba feliz, complacida y atendida sin apuros. Este hombre me estaba gustando mucho. Después me pidió que volteara…bajó la lengua hasta llegar justo al medio de mi culo …y susurró…esto me gusta mucho, ojalá que a ti también…y sí, su lengua era muy rica, yo me movía cada vez más frenéticamente, el insistía en hacerme sentir penetrada por su lengua y manoseada por sus manos entre las piernas. No sé cuánto rato estuvimos así, pero sé que acabé muy rico, al menos una vez. Entonces me di vuelta, para agradarlo a él. Dígame qué quiere hacer. Chuparte el pico hasta que me mojes…yo sólo lo dije y se encendió más de lo que ya estaba. Y yo también. Puse la lengua y las manos con suavidad, para comerme su pichula, más larga de lo que pensaba y muy hinchada. Sabía que se estaba aguantando y eso me excitaba más. Le pedí que me lo metiera y lo monté. Apenas lo tuve adentro acabé de nuevo, nos movimos ya sin controlarnos y terminamos juntos luego de unos minutos. Los gritos y los espasmos…qué rico era tener un pico otra vez. Descansamos un rato y luego me confesó que sus compañeros le habían preguntado por mí (más halagos). Lo absurdo fue que cuando le consulté los nombres, no me los quiso decir. Para mí, no más. Así,…y se acercó otra vez, pero ahora era yo quien dirigía…él estaba feliz, mirando y tocando, agarrando las nalgas con fuerza mientras me penetraba….lo interrumpí para que me culiara. Ah…eso…eso quería…metértelo así, suavecito…de a poco…hasta el fondo…y lo enterró…yo gritaba, él también, nos estuvimos moviendo por un buen rato mientras manoseaba todo y seguía pegado a mí. Siempre quise una mujer así. Yo sólo me concentraba en sentirlo…en oír sus quejidos y acabar otra vez. Ahora…estoy a punto…y me lanzó otra vez su líquido espeso, caliente y rico ahora en el culo. Antes de irnos me confesó que estaba con su mujer una vez a la semana, como mucho (te vas a reír de esto, decía), porque siempre le duele algo, no tiene ganas, está cansada o llego muy tarde del trabajo y vemos televisión. Podríamos vernos otra vez, si tú quieres, si es que te gustó. ¿Que si me había gustado? Me había dejado muy satisfecha y claro, le dije que sí....
FIN DE LAS MEMORIAS DE NELLY