25 jun 2010

LOS VECINOS 1

Elsa y Raul jamas se conocieron en persona, pero compartieron durante unos pocos dias una experiencia que nunca olvidarian.

El lugar de este encuentro fue el Hotel Savoy, en Valparaiso, ambos llegaron con horas de diferencia a alojar. El venia por trabajo en la oficina local de su empresa, y ella de vacaciones para descansar del ajetreo de la ciudad donde laboraba todo el año. El destino los ubico pared por medio el uno del otro, Elsa en la pieza 37 y Raul en la 35. El hotel era muy antiguo y la piezas estaban separadas por delgados tabiques de madera y yeso cubiertos con papel mural.

Pieza N° 35

Raul apenas entro se dio cuenta porque el hotel era tan barato, aunque limpio se le notaban los años en la paredes un poco desgastadas, y en los muebles; una cama, un velador con una pequeña lampara, una silla y una comoda con grandes cajones, todos de un estilo americano de los sesenta, impersonales y frios. La cama, de plaza y media, ocupaba el centro del cuarto, a un lado estaba el velador y al otro ocupando el rincon la antigua comoda, sobre ella vio el citofono y un cenicero de vidrio. A la izquierda vio la puerta entreabierta del baño, con un gran espejo en ella, a la derecha la pared que colindaba con la pieza N° 37, alli habia un cuadro con un paisaje campestre, ya descolorido.

Tal vez deberia cambiarme de hotel, esta pocilga debe tener hasta pulgas…, bueno, total sera solo por tres dias…, las ocho y media…, mejor me acuesto, no tengo ni hambre… pedire unas bebida y mejor leo un poco para que me de sueño…

Hizo la llamada a la Recepcion para que le trajeran dos cocacolas, y al poco rato un mozo se las trajo en una bandeja con dos vasos. El ya habia desempacado y guardado la ropa ordenadamente en los cajones de la comoda, al hacerlo se dio cuenta que habia olvidado el pijama.

Mierr!, tendre que dormir pilucho…, mejor me ducho al tiro para relajarme…

Se desnudo tranquilamente y se fumo un cigarro tirado en la cama con la mente en blanco, luego se metio en la ducha con el agua bien caliente y la dejo escurrir por su cuerpo un largo rato, mientras se jabonaba y sin que el lo buscara su miembro se puso erecto, mas por costumbre que por deseos, se lo masajeo un corto rato disfrutando la sensacion, pero sin pensar en masturbarse.

Ahh… que rico,ufff…, mejor paro si no voy a terminar pajeandome…, ufff…

Se seco el cuerpo y volvio al dormitorio, Ya estaba oscuro asi que prendio la luz de la lampara y miro el reloj que marcaba las 21:12, tomo el libro de Borges que habia dejado encima del velador y se metio bajo las ropas de la cama, desnudo y relajado. Abrio el libro y se dispuso a leer…

Pieza N° 37

Elsa agotada después de un viaje largo, acalorado y pesado se tiró sobre la cama. Llegar a este hotel que no presentaba muchos atractivos no mejoró su ánimo, resolvió desvestirse para refrescarse, una vez cumplido el objetivo decidió descansan antes de salir a patiperrear por la ciudad. Ella tenía una pareja de conocidos que pensaba visitar en alguno de los días pero jamás en el primero que queria descansar.

Sobre la cama comenzó a mirar la habitación no era lo más bonito, sus paredes estaban medio feuchas y para colmo los dos cuadros, si es que se podían llamar cuadros estaban chuecos, su habito de todas las cosas en orden la hizo levantarse y tratar de enderezarlos uno se puso derecho pero el otro no, sólo aflojó el clavito calló al suelo trató de encontrarlo para poner el cuadro en su lugar, buscar y agacharse fue todo uno y en ese momento se dio cuenta que había como una rendija y se veía luz de la otra habitación, desvió su vista y su pepe grillo le dijo no mires, no debes, pero curiosidad de mujer se devolvió se agacho y miró, ¿qué pecado!

Al otro lado de la pared un hombre desnudo. Este hombre tomaba una ducha y pensando que estaba sólo se jabonaba con placer bajo la ducha, se tomaba su upss¡¡¡¡ se lo miraba, lo masajeaba al parecer se masturbaba¡¡¡ Elsa al verlo también sintió el llamado de la selva y sus pechos se pusiero erectos y empezó a sentir deseo.¿qué hacer ante semejante situación? Masturbarse también fue su respuesta, comenzó a masajear su clítoris a retorcese de placer, a quejarse, a suspirar.

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