9 feb 2011

PATVÉ: Historia real de la vida de una amiga travesti. IX - X

Capítulo IX, Guardarropa

No pasó mucho tiempo para que a mi me volviera el deseo de vestir de nuevo con la ropa de mi hermana Claudia. Seguíamos llegando de la escuela y nos cambiábamos para comer y después nuestras tareas de la casa y de la escuela. A mi ya no me satisfacía el solo ponerme cosas como aretes o collares de mi hermana. Una tarde le dije que me iba a cambiar pero que abajo me iba a poner su pantaletita, no me dijo nada. Poco después me preguntó si me la había puesto, le dije que si y me dijo que no me creía. Me levante la playera y bajé mi pantalón de la cintura por un costado para que me la viera.

Me preguntó

- ¿Qué chiste le encuentras a usar ropa interior de mujer?

- Es que se siente muy suavecita, mucho mejor que usar trusa.

- Si, ero eres niño y debes de usar trusas, no pantaletas.

- Si, pero nadie me ve y me gusta como se siente, la tela es muy suave, mucho mejor que una trusa.

- Si, pero si eres niño, debes usar ropa de niño.

- Es igual, nadie sabría que la traigo puesta y la sensación es muy suave, me gusta.

- Si pero no la puedes usar todo el tiempo pues por higiene solo debes usarla una vez y lavarla, asi que de vuelta tienes que usar trusas.

- Si, pero porque solo me diste una. ¿Qué pasa si me das otra para que me pueda cambiar mientras la lavo la que me quite?

- ¿Qué?, ¿Pretendes usarla a diario?

- No, solo de vez en cuando, pero si se queda sucia una y quiero usarla pues tendría la otra de repuesto.

Fue a su recamara y me llamó. Mira, estas ya casi no me las pongo y me mostró cuatro de diferentes tipos, una a una en su manos se veían como algo fascinante. Me dijo que escogiera una pero le dije que si ya no las usaba que me las diera para que me pudiera cambiar. Ella extrañada me preguntó que para que quería cambiarme le dije, asi al llegar de la escuela puedo usar una diferente en lo que se lavan las otras. ¿No que no piensas usarlas diario?, le contesté que si me las daba todas, pues si, pero que me cambiaria solo hasta haber llegado de la escuela. Dijo que no lo veía bien pero que le hiciera como quisiera.

- Asi quiero

- ¿Quieres ponerte tanguitas de mujer a diario?

- No siempre, solo a veces y hasta haber llegado de la escuela

- Eso no esta bien, si te regalo algunas es solo para que las uses pero de vez en cuando.

- Bueno, no te enojes, no lo haré diario, solo de vez en cuando

Yo me fui a mi cuarto con las cuatro pantaletas en las manos llevándolas como si se tratara de un tesoro. Lo era, las guarde en el fondo de mi cajón, todas menos una que me quedé para ponerme por la que estaba usando en ese momento. Acababa de comenzar el armado de mi propio guardarropa.

Yo estaba usando la pantaleta de repuesto que mi hermana me había dado en la tarde y me puse la pijama con ella puesta, la sensación fue extraordinaria, me daban ganas de usar una pijama de mi hermana pero tuve que conformarme con usar solo la tanguita..

A la mañana siguiente me iba a quitar la panti para ponerme una de mis trusas pero estaba muy emocionado y decidí irme asi a la escuela, Me puse mi pantalón de niño sobre la pantaleta y asi me fui. Recuerdo la sensación de esa prenda íntima de mujer al rozar mi pantalón de niño cuando me senté en la banca, me imaginé que las otras niñas estarían sintiendo igual. Me les quedé viendo y algunas de ellas me miraban, pensando quizá que me gustaban pero lo que yo trataba de ver en ellas era la sensación que sentían. Me imagine a mi mismo sentándome con la pantaleta que traía puesta pero como si pudiera ser una de esas niñas.

En la tarde ya en la casa, mi hermana me preguntó si había guardado las otras pantaletas que me había dado el día anterior y le dije que si, excepto una que era la que traía puesta. Me preguntó haciendo una mueca de asombro que si asi había ido a la escuela y le fije que si, entonces ella solo dijo que estaba loco pero nada mas.

Todos los días al llegar de la escuela me cambiaba el uniforme y me ponía alguna de las pantaletas, me bañaba en las noches y me cambiaba de nuevo. Lavaba las pantaletas y las exprimía muy bien y las colgaba en mi closet para que se secaran durante la noche y las guardaba en el cajón antes de irme a la escuela el día siguiente, a veces me iba a la escuela usando alguna de las que tenía limpias, los miércoles que nos tocaba gimnasia, me gustaba usar el short y saber que traía la panti sentía el aire en las piernas e imaginaba que mi short era una falda y disfrutaba de ese pensamiento.

Por aquel entonces ya era frecuente que unas dos o tres veces por semana usara las pantaletitas que me había regalado Claudia.

Capítulo X, Terminando la Primaria

Asi terminé la primaria y entré en la secundaria. Mi hermana pasó de la secundaria a la prepa y ya no podía pasar por mí. Mamá me dio llave de la casa y me hizo mil recomendaciones de que no me quedara en la escuela a la hora de la salida y que me fijara muy bien a la hora que entrara a la casa para que no se me fuera a meter nadie.

Yo llegaba a la casa como una hora antes que mi hermana y me cambiaba, seguí con la costumbre de usar sus pantis, bueno mas bien mis pantis porque una vez que me daba algunas ya no se las volvía a poner. Me cambiaba e iba por las tortillas y pasaba a la tienda a comprar un refresco para comer, todo eso en lo que ella llegaba, regresaba hacía mis cosas que seguían siendo barrer y trapear y siempre la esperaba a comer. A veces, si no había mucha cola en las tortillas regresaba a la casa y me ponía a revisar sus cosas, en aquel entonces desarrollé el gusto por ver su ropa interior. Me encantaba ver sus brasieres y pensaba en ponérmelos y ver como me veía pero no lo hacía pues no quería que se diera cuenta.

Yo seguía usando las panti que me había regalado, de hecho, ya había pasado un poco de tiempo y me regaló mas, pero no quiso regalarme otras cosas, para entonces yo quería que me diera un brasier pues me acordaba de la vez que me lo había puesto pero ella no quería dármelo y yo resistía las ganas de tomárselo de su cajón pues sabía que no tenía tiempo para probármelo y no quería que me encontrara haciéndolo.

Le dije una tarde si me prestaba algo para probarme, me dijo que no, que ya no quería que primero tuviera una novia para que supiera lo que era el gusto por las mujeres.

No me desagradaban, las veía y me gustaban pero también me gustaba mucho ver como era ser como una de ellas.

Sabía que no iba a poder hacer nada si no tenía una novia asi que en la escuela me propuse tener novia. Elegí a una niña que en verdad me gustaba, era una chica que se llamaba Marla, era delgadita y parecía como de doce o trece años pero ya se le empezaba a formar el busto. Para mí, en aquel entonces el mirarla a ella o a cualquier mujer era algo asi como una obsesión.

Me acerqué a ella con pretexto de las tareas pues íbamos en el mismo salón asi que se hizo mas fácil. Fue m primera novia y la primer mujer que besé. Recuerdo que los dos abríamos la boca y los besos realmente no eran como los imaginaba. Le comenté a mi hermana y ella me dijo que con el tiempo aprendería.

A mi me gustaba Marla y cuando estaba con ella a veces tenía erecciones que no podía controlar. Me gustaba, pro también seguía con el deseo de verme como se veía ella. Me imaginaba que yo podía ser ella y arreglarme para estar muy presentable y bonita. Eran pensamientos muy confusos, me gustaba estar con ella porque realmente me gustaba, pero también porque me gustaba imaginar que era lo que ella sentía como mujer.

Mi hermana de vez en vez me preguntaba por ella y yo le decía que seguíamos, le decía que me gustaba mucho mi novia pero que aún sentía el gusto por usar su ropa (la de mi hermana). Ella comentaba que dejara que creciera mi gusto por Marla y que eso del gusto que tenía de vestirme con ropa de niña poco a poco se me iba a ir pasando.

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