5 jun 2011

PATVÉ: Historia real de la vida de una amiga travesti. LXX

Capítulo LXX, Reflexión

Cuando su pene finalmente salió de mi, no esperó para comentar nada, o para ver si yo iba a tener mi propia eyaculación, simplemente se irguió, tomó un paquete de servilletas de uno de los anaqueles y lo abrió y se metió al baño, salió un minuto después mientras yo por mi parte me estaba poniendo la tanga nuevamente. Me vio como me la subía pero giré sobre mi misma para que no percibiera mi entrepierna, no quería provocarle pensamientos que lo hicieran cavilar en otra cosa que no fuera que la había pasado bien.

Me alisé la falda dejándola caer sobre mis piernas, acomodé las copas del brasier de nuevo en su lugar y después me bajé la blusa. El me dijo que me arreglara el cabello y pasé al baño pero cuando iba a cerrar la puerta se interpuso y me dijo apurado que ya lo dejara asi, que era tarde y no quería que fuera a llegar su papá y me encontrara ahí, asi que solo me arregle el cabello con los dedos de las manos mientras el observaba, le pregunte:

- ¿Cómo me veo?

- Buenísima, rió. No en serio, añadió, te ves normal, nadie imaginaría lo que te acabas de comer ¿Te gustó?

- Si, me dolió al principio pero después fue fantástico.

- Asi soy yo, dijo riendo de nuevo. Bueno, apúrate, Tomás esta solo en la tienda

- Gracias, le dije, deveras que me gustó mucho

- Ya te dije que asi soy yo y rió de nuevo mostrando asi la confianza que en ese momento sentía sobre si mismo. Yo me sentía feliz aunque insatisfecha.

Abrió la puerta de la trastienda, Tomás estaba atendiendo a una señora en el lado opuesto del mostrador, ella se nos quedó viendo. Jaime me dijo en voz alta de tal manera que la señora y su ayudante pudieran escuchar:

- Bueno, sería cuestión que defina su pedido y se lo podemos enviar, pero recuerde, para el descuento que quiere hay una compra mínima

- Si, dije en voz baja de tal manera que me vieran que movía la cabeza asintiendo pero que no me pudieran oír. El volteó a ver rápidamente a la señora y agregó en voz muy queda, como para que ya no lo oyeran:

- Ni te fijes, tiene envidia porque ha de imaginar lo que pasó, pero nunca va a tener a este muñecote

- No, este muñecote le dije, ya tiene quien lo atienda y ese otro añadí señalándole discretamente la entrepierna ya tiene su cuevita para visitar.

- Pues va a tener que entrar de nuevo pronto porque la pasó muy bien. jajaja!

El me extendió la mano para despedirse, no de manera grosera si no como justificándose ante su ayudante y la señora que estábamos terminando nuestra entrevista. Se notaba que estaba nervioso por el tiempo que habíamos pasado en la trastienda que en realidad no había sido mucho pero había dejado solo a su asistente y tenía además pendiente de que su papá pudiera regresar, por eso se mostraba un tanto apresurado.

Caminé hacia el lado opuesto del mostrador en donde estaba la puerta para pasar al lado externo. Su ayudante la levantó cortésmente y me cedió el paso. Franqueé a la señora a la cual saludé levemente con voz apenas audible mientras ella se me quedó mirando de arriba a abajo reprobando con su mirada lo corto de mi falda y el hecho de que hubiera estado a solas con Jaime en la trastienda, no le hice caso, estaba realmente fascinada con lo que había pasado y no me importaba lo que pensara de mi.

Salí de la tienda, no estaba segura de si estaba presentable o no pues no había tenido tiempo de verme bien cuando pasé al baño asi que me alisé la falda nuevamente y me estiré la blusa del frente preguntándome si me veía bien como para caminar por la calle hasta mi casa,. Emocionalmente me sentía en las nubes.

Volvió a mi el pensamiento confrontado que me había acompañado toda la vida, me sentía muy bien por haber logrado, en mi papel de hembra el control del deseo de un chico, generando su pretensión hacia mi y provocando que tuviera una erección que terminó apagando haciéndome el amor. Esto, como a cualquier mujer me subió muchísimo la auto estima, me sentía muy bien por haber sido capaz de poder tener al chico que me había propuesto y lograr en el una erección y eyaculación que le hubieran generado tanto placer

Pero por otro lado, algo entre mis piernas me recordaba que mi sexo biológico era el de un chico y pensar que alguien me hubiera penetrado me hacía sentir reflexivo, casi mal, un poco apenado conmigo mismo.

Estaba reflexionando en esto en camino de regreso a casa cuando después de unos pasos comencé a sentir que me escurría parte del semen que me había dado Jaime, sentía húmeda mi tanga y claramente cómo una gota había escurrido afuera alcanzado una de mis piernas. Me daba pena que alguien se pudiera dar cuenta, no sabía si me habría mojado también la falda, no podía hacer nada mas que apurarme para llegar a casa. Apreté mi agujerito haciendo presión con las piernas para que el semen no se siguiera saliendo y asi me fui, caminando apretadita, pasé nuevamente por enfrente de los guardias de cada una de las entradas a las unidades antes de la mía pero ahora los pensamientos lascivos eran míos por la calentura no complacida que me desbordaba, me imaginé poder tener un acercamiento sexual con alguno de ellos fantaseando que me pudieran invitar a pasar a la caseta de vigilancia y hacérmelo ahí. Eran puras ilusiones pero me gustó pensar en ello provocado por la excitación insatisfecha.

Me apuré también porque quería terminar este suceso satisfaciéndome yo solita. Me urgía llegar a mi departamento para hacerlo.

Entré y me miré al espejo, busqué en la parte de atrás de la falda si había señas de humedad pero estaba limpia. Me fije en lo muy corta que en realidad estaba pero ante la calentura de saber que era eso lo que me había dado la oportunidad con Jaime pensé que si se hiciera necesario me la volvería a poner, estos pensamientos eran porque yo seguía muy caliente pues no había eyaculado y anhelaba lograr mi propio orgasmo.

Sentía el semen de Jaime como en aisladas gotas salía de mi interior asomando a mis piernas en forma espesa que al contacto con el aire tomaba su temperatura haciéndome sentir una especie de escalofrío en todo el cuerpo ahora ya no de niña, si no de mujer, de señora me dije para mis adentros disfrutando de esa manera el sentir como resbalaba a mis piernas acrecentando mi excitación.

Busqué mi consolador el cual sin quitarme la tanga ni protegerlo con algún condón lo puse en mi colita tratando apurada de meter nuevamente en ella parte del semen de Jaime que pude recuperar de entre mis piernas haciéndolo hacia adentro para reunirlo con el restante que aún tenía en mi. Metí el consolador con una facilidad que me extrañó. Concluí que era tanto porque conservaba la dilatación provocada por el pene de Jaime como por el efecto de lubricidad que su semen me daba. Una vez hasta el fondo, lo prendí para que funcionara el vibrador y recordé los momentos que hacía apenas unos minutos acababa de pasar. La vibración del consolador resbalando en mi agujerito de adentro hacia afuera lubricado por el semen que había recibido me hizo sentir nuevamente como si estuviera con el.

No pude alargarlo mas tiempo, esta vez fui yo quien arrojó una eyaculación que hubiera podido llenar de nuevo el mar.

Una vez terminada mi autosatisfacción me quedé tirada en la cama, pensé en mi mamá y las veces que habría estado con mi papá, imaginaba saber como hubiera sido su primera vez, o la de mi hermana Claudia que ya habría tenido la suya quizá viviendo lejos de la casa, en San Luis Potosí, en donde se había quedado después de su internado.

Como Patricia me sentía muy satisfecha pero el pensamiento de que en realidad yo era un chico y había sido penetrado por otro hombre me inquietaba, me gustaba, pero no dejaba de hacerme reflexionar.

Esa noche, cuando llegó mi mamá de trabajar yo estaba en la casa pues ya no regresé al despacho.

Platiqué con ella sin que sospechara que necesitaba hacerlo. Cuando se fue a la cama y me quedé solo en mi cuarto, apagué la luz para intentar dormir, entonces recapacité en que efectivamente estaba solo, pero no nada mas en mi cuarto si no en mis pensamientos y hasta en mi vida. Sentía un gran vacío anímico, mi parte física estaba satisfecha pero emocionalmente estaba muy confuso.

Este tipo de reflexiones estuvo presente en mi mente por mucho tiempo.

1 comentario: