7 jun 2011

PATVÉ: Historia real de la vida de una amiga travesti. LXXI

Capítulo LXXI, La Visita de Claudia

Pasaron unas semanas, mi hermana Claudia nos avisó que vendría a casa a pasar un para de días que había pedido libres en su trabajo, que era en uno de los mejores hospitales de la región y que según por eso había decidido quedarse a trabajar en San Luis..

La visita era porque decía que nos quería decir algo. Mamá apostó que lo que nos diría sería que se pensaba casar, yo pensé igual.

Claudia nos hablaba por teléfono al menos una vez a la semana para saludarnos, generalmente los domingos que sabía que nos encontraría a los dos en casa y nos había contado que andaba saliendo con un chico que había conocido en el internado y que también era doctor. Llevaban ya casi un año y no lo conocíamos pues en las últimas vacaciones de fin de año solo vino Claudia y el se quedó para pasarlas con su familia que era de San Luis.

Mi hermana vino un fin de semana e hizo planes para quedarse además el lunes y martes. El sábado cuando llegó, comimos en la casa y en la sobremesa sin mas, nos dijo que estaba viviendo en pareja con su novio, que iba a dejar su departamento para irse a vivir con el en uno que habían alquilado entre los dos.

Nos comentó que no pensaba embarazarse por el momento pues ella y Carlos, su novio, querían vivir al menos un par de años juntos antes de pensar en casarse, que finalmente, era su objetivo. Invitó a mamá a que fuera un día para conocer su departamento y a Carlos.

Me puse atento a la reacción de mamá, supuse que se enojaría pero en lugar de eso, le dijo que ya era una mujer adulta y que ella sabría lo que hacía, Claudia le dijo que no se preocupara y que todo saldría bien. Mamá le recomendó que pensara bien las cosas, le deseó suerte y le dijo que ella no iría a San Luis para conocer su casa y a su pareja, que mas bien, cuando ella lo decidiera, en la primera oportunidad que tuvieran vinieran a la casa, para que el hablara de manera si no oficial, si formal con ella, de esa manera lo conocería y después, en otra ocasión podría visitarlos, pero definitivamente no antes de que estuvieran casados.

- Como quieras mamá, se que no compartes mis ideas, dijo Claudia, pero te aseguro que estoy pensando todo bien.

- Si, pero no deja de haber la posibilidad de que después se te eche a volar la paloma.

- Casada o no, la probabilidad es lo mismo

- No, no es lo mismo una señora divorciada que una muchacha abandonada, pero en fin, espero que estés haciendo lo correcto.

- Asi es mamá, no te preocupes.

- Soy tu madre y esas situaciones me tienen que preocupar.

- Todo va a estar bien, ya lo veras.

- Créeme que asi lo deseo.

Suena simple, pero asi fue. Creo que mi hermana esperaba una reacción diferente de mamá, pero no pasó nada. Me imagino que mamá inconscientemente esperaba algo asi pues mi hermana tenía viviendo mas de dos años fuera de la casa y aunque trataba de llamar por teléfono con cierta regularidad casi no venía, si acaso, en Navidad.

Salimos en la tarde a comprar pan y una nieve, regresamos a la casa y pedimos pizza para cenar, yo apenas comí un trozo pero a Claudia parecía que la habían quitado un peso de encima y comió bastante, mamá tampoco comió gran cosa.

Yo no me sentía muy bien, sentía que perdía definitivamente a mi hermana y aun no había salido de mis estados de confusión desde que había estado aquella vez con Jaime asi que me fui a dormir antes que ellas que se quedaron platicando un rato mas.

Al día siguiente, Claudia me despertó temprano, me dijo que me invitaba a desayunar, que quería platicar conmigo. Le dije que se suponía que íbamos a ir a desayunar con mi mamá, tal como lo hacíamos cuando ella vivía con nosotros, me comentó que mamá sabía que ella me iba a invitar a mi solo.

Con eso que me dijo anticipé mas o menos de lo que quería hablar, no me incomodaba aunque me sentía con menos confianza de lo que le había llegado a tener antes de que se fuera a San Luis. Ahora tenía mas de dos años viviendo fuera de la casa y con excepción de las vacaciones de los dos últimos fines de año, no la había vuelto a ver en todo ese tiempo. Me dolía pero comprendía que era parte de la evolución de la vida que me hacía perder a la única amiga que en realidad había tenido.

Me metí a bañar y salí cubierto por la toalla desde las axilas a la rodilla a vestirme a mi cuarto, me puse deliberadamente un pantalón de mujer, de mezclilla tipo strech muy ajustado, zapatos tenis tipo zapatilla, sin agujeta y una playera amplia que me disimulara el busto, era de color azul agua de manga corta y cuello redondo de escote bajo asi que de todos modos se veía que era de mujer.

No me importaba mucho lo que mi hermana me dijera, si es que me decía algo, ella fue la primera en saber desde hacía mucho tiempo todo esto que me gustaba.

Al salir de mi cuarto me miró y me dijo:

- Sigues con tus cosas, ¿verdad?

- Si, me gusta

- Bueno, vamos, eso es algo de lo que quiero platicar contigo.

No le dije nada pero confirmaba mis sospechas acerca de lo que ella quería comentarme y que era por eso que me invitaba a desayunar.

Llegamos a un Sanborn’s que estaba cerca de la casa, fuimos caminando, hablando de cómo era su vida en San Luis, lo que hacía en su trabajo y los planes que tenía para que una vez que decidieran casarse ella y su novio comprar entre los dos un departamento. Llegamos y encontramos mesa sin dificultad ya que era temprano, ella seleccionó una cerca de una esquina, buscando un poco de privacidad, supuse.

No habíamos terminado de sentarnos cuando ella sin mas preámbulo me dijo:

- Dice mamá que te nota raro

- ¿Raro de que?

- Que estas como deprimido, que no hablas casi con ella, como si hubiera alguna cosa que te preocupara.

- Ya ves como es mamá, a veces se imagina cosas.

- No, yo también te he estado observando y percibí lo mismo aún antes de que ella me dijera nada.

- ¿Qué percibes?

- Eso que te digo, antes no eras reservado con nosotras, pero al menos platicabas, ahora no hablas casi nada.

- Bueno, con mamá casi nunca he hablado

- Si, pero conmigo no eras asi.

- Lo que pasa es que hace tiempo que no platicamos y ya no me siento con la misma confianza.

- Tienes que tenerla, de eso se trata, que tengas a alguien con quien platicar.

- Si como no, ¿a larga distancia?

Mi hermana hizo comentario, pedimos las cartas, al terminar de leer las pusimos sobre la mesa. Finalmente llegó la mesera y ordenamos.

Mientras traían lo que habíamos ordenado cambió de tema, me preguntó de mi trabajo y de cómo me estaba yendo. Trajeron los platillos que ordenamos y los comimos mientras hablábamos de otras cosas sin importancia. Al terminar de desayunar pidió mas café, yo pedí una coca cola.

Ella volvió a abordar el tema original por el cual me había invitado:

- ¿Qué te pasa?, ¿te sientes mal?

- No, me siento bien, solo que a lo mejor estoy asi por la desvelada.

- No te hagas, sabes que no me refiero a eso. Hace tiempo que no nos vemos pero te conozco y de sobra se que algo te esta pasando. Agregó ¿Tienes algún problema? ¿hay algo que te esté molestando?

Yo realmente no me sentía mal, mas bien me sentía raro no porque hubiera pasado lo que había pasado con Jaime con quien ya lo habíamos repetido un par de veces mas, no, eso me gustaba, el problema es que me sentía como un extraño en mi propia vida. Llevaba una existencia diaria como niño pero pensaba que mi espíritu empezaba a vivir como mujer. No me molestaba, era solo que me sentía fuera de sitio y con miles de pensamientos y dudas acerca de si algún día regresaría a vivir una vida normal de niño o si terminaría viviendo una vida normal de niña. Pensaba que algo tendría que pasar pues era imposible poder seguir viviendo asi.

No tenía nadie en quien apoyarme para aclarar estos. Pensé que la única persona en el mundo podía ser era Claudia pero me resistía a platicar de todo esto con ella, porque estaba lejos, porque había perdido ya la confianza con ella y por si fuera poco, porque ya estaba viviendo con otra persona como mujer.

Pasaron unos minutos entre que ella me había hecho su última pregunta y que yo me había sumido en estas reflexiones. Volvió a hablar:

- Ya ves, pareces ido, se nota que hay algo que te preocupa, ¿Por qué no me lo dices?, siempre nos hemos tenido mucha confianza

- Quizá pero no ahora.

- Ahora es lo mismo, siempre hemos sido hermanos y siempre lo seremos, aunque pasen meses o años sin vernos, la confianza siempre debe de prevalecer entre nosotros.

Volví a quedarme callado, pensando. Quería desahogarme con alguien pero me parecía imposible poder llegar a hablar con ella de esas cosas tan íntimas, que mas que preocuparme, me confrontaban en los dos “yo” en que sentía que mi existencia se partía.

Pensé que finalmente esto era un hecho en mi vida y si ella era mi única posibilidad de comentarlo lo haría. Al momento de tomar la decisión no pensé en decirle todo lo que me tenía asi, pero determiné que al menos, podría platicarle algo de esos pensamientos.

Tomé aire, me le quedé viendo a los ojos, recordé el comentario que me había hecho al verme usando la ropa especial que traía puesta cuando en la mañana habíamos salido de la casa y me había preguntado si aun “seguía con mis cosas”.Le dije:

- Es por la ropa que uso

- Te dije en la mañana, pero parece como si te hubiera molestado.

- No, no me molesta, lo que pasa es que ya decidí que me gusta usarla, no me refiero a ropa tipo unisex.

- No te entiendo

- Si, me gusta usar la ropa pero como la que tu usas.

- Ya no sabes que tipo de ropa uso

- No me refiero a los diseños, me refiero que me gusta usar ropa de niña, pero como no puedo eso me hace estar intranquilo.

- Bueno, es de esperarse que eso te ponga intranquilo

- No, eso no me pone asi, lo que me pone asi es no poder usarla abiertamente.

Hice una pausa tratando de identificar una posible reacción. La hubo pero no fue tan extrema como la esperaba.

- No puedes, eres hombre, imagina que fueras asi a trabajar, te correrían, o que te vistieras asi en la casa, ¿Qué dirían los vecinos’

- Bueno, eso es algo que no me afectaría, total que lo sepan y ya, es algo que ya no me importaría, dije un tanto envalentonado.

- No, pero no sería solo eso, imagina a mamá, lo que ella pasaría.

- Es por eso que me siento asi

- ¿Deveras te gustaría vestirte de niña siempre si pudieras?

- No, porque como dices, si fuera a trabajar asi, me corrían.

- Y si no te pasara nada, si no te dijeran nada en el trabajo ¿te gustaría vestirte asi?

- Si, las veces que pudiera.

- Sabía que te gustaba, pero no creía que fuera a ese nivel.

Claudia no hizo ningún comentario adicional, se quedó meditando en lo que habíamos hablado, pasados unos minutos, como si hubiera digerido lo que hasta ese momento habíamos hablado me preguntó como para estar segura que estaba entendiendo bien lo que le estaba diciendo:

- ¿O sea que te gustaría vestirte de mujer siempre, si eso fuera posible?

La pregunta era directa no tanto íntima pues de sobra ella sabía anticipadamente la respuesta que le daría.

Pensé en que podría mentir para evitar problemas, pero si contestaba la verdad era una oportunidad que se me presentaba para poder abrir mi comunicación con ella y asi poder platicar al fin con alguien de todo esto que me consumía.

Decidí contestarle la verdad, no podía pasar nada mas, ya no vivía con nosotros y seguramente no afectaría nuestra relación la cual de hecho era ya distante, no tanto en lo anímico si no por el aspecto físico ya que ella regresaría a San Luis y pasaría otro largo periodo de tiempo antes de que nos volviéramos a ver. La respuesta que le diera sería la oportunidad para hablar de eso con ella sin mas barreras que las que yo mismo pusiera. Contesté

- Si, es algo que me gusta mucho

- ¿Te gustaría ser mujer?

- No sé, eso es algo de lo que me siento muy confundido, no se si pudiera. Si hubiera sido asi desde que nací no habría problema, me hubiera gustado, pero habiendo nacido hombre y tener estos sentimientos me hace sentir muy confundido pues se que no puedo ser mujer, aunque a veces me sienta como si fuera.

- ¿Eso es lo que te preocupa?

- Si, mas o menos.

- No tienes idea de lo que dices, no es posible que puedas ser mujer.

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