11 ago 2010

LOS PERRITOS 2

Después de observar un momento como el perrito se las arreglaba con Perla que la langueteaba a cada rato con más intensidad, Elsa hizo el comentario menos mal que la hice operar sino ya me veo otra vez con una camada de 6, no quiero más perritos, me agotan aparte que Perla es mala madre es muy regalona enonces paso a ser yo la madre.

Elsa quiso salir de ese dormitorio que es un poco estrecho y tropezo con un brazo y parte del pecho de Virgilio se puso muy roja y Virgilio trato de correrse y fue para peor porque se noto que los dos estaban muy nerviosos, Virgilio hizo el comentario vamos al living mejor hace tiempo que no estaba tan nervioso y tu pareces también muy nerviosa, tomó suavemente a Elsa de un brazo y trató de pasarla hacia adelante como dejándole paso pero el lugar era muy estrecho igual se toparon y esta vez si fue mucho, se escuchó la respiración alterada de los dos, Elsa apuró el paso para no incomodar más a Virgilio y pasar ella su nerviosimo en ese momento Virgilio se dio cuenta de que en la pared había un estante con muchos libros y se detuvo a mirar y le dijo Elsa tambien te gusta leer, Elsa dijo si me encanta, leo de todo, Virgilio se acercó a mirar los nombres de algunos de los libros y le dijo lees a Borges no lo encuentras pesado, Elsa de inmediato dijo No, me encanta no lo conocía y un amigo muy querido me enseñó a leer a Borges me parece inteligente, me gusta es distinto, no escribe para parecerle bien a nadie, escribe lo que quiere y se le lee porque lo hace muy bien, es difícil pero una vez que logras entender algo de su persona como me enseño mi amigo se te hace fácil. Virgilio le dijo para todo eres tan intensa y Elsa dijo si al parecer lo soy. Virgilio se acercó y tomó su cara entre las manos y besó a Elsa muy suave primero y después más intensamente ya que Elsa devolvía su caricia. Las cortinas ahora estaban corridas era de noche ya Virgilio bajo las manos por la espalda de Elsa y logró llegar a la cintura metio sus manos bajo la polera y abrazo más fuerte movio sus manos y recorrio todo el cuerpo de Elsa sus manos llegaron al calzoncito y también metio sus manos abrazo sus nalgas recorrió con sus manos el trasero completo de Elsa y esta comenzó a sentir que se comenzaba a levantar algo duro muy duro y que hacia presión contra su vientre sin poder contenerse se comenzó a refregar contra eso duro, fuerte que se apoyaba en ella y Virgilio ya daba vueltas con sus manos por todo el cuerpo de Elsa tomaba sus pechos y tan rapido volvía a sus nalgas y de repente sus manos iban a meterse entre las piernas de Elsa...

Hasta que lo logro, las manos de Virgilio habian levantado la falda de Elsa y sobaban lentamente la suave piel del interior de los muslos de ella, se acercaban y se alejaban del humedo y ya ardiente sexo de ella, Elsa se dejo llevar por el deseo y acerco su mano al imponente bulto de Virgilio que con un estremecimiento le hizo ver que esa caricia le gustaba.

Asi abrazados fueron avanzando hacia el dormitorio de Elsa, y sin soltar el apretado y sensual abrazo ambos cayeron sobre la cama, sigueiron besandose y acariciandose un poco y luego comenzaron a desnudarse manteniendo el abrazo, finalmente despues de una enredado ir y venir de manos, bocas y brazos y piernas, quedaron los dos desnudos, Elsa bajo su cuerpo hacia el vientre de Virgilio y de pronto sintio por su cuello un enorme pico parado y duro, uy! exclamo asustada, es muy grande!, si, dijo Virgilio riendo, y hace tiempo que no goza!!!, Elsa lo tomo con una mano y vio horrorizada que apenas alcanzaban sus dedos para envolver completa esa gran pichula, sintio una cosa rara en su chorita, mezcla de miedo al dolor de una penetracion con ese inmenso pichulon, y un anticipo del placer de sentirse completamente llena con ese pedazo de carne endurecida…, acerco miedosa sus labios a la cabeza roja y brillante y la beso con delicadeza, Virgilio lanzo una exclamacion, ufff!!!! riiico!!!, y Elsa inicio con estudiada lentitud la penetracion de esa verga gigantezca en su boca, vio con asombro que apenas le cabia, le llegaban a doler las comisuras de los labios, sentia la boca llena de esa carne viva y turgente, la punta ya le rozaba el fondo del paladar y aun no se habia introducido ni la mitad de la gran pichula…

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