20 jul 2010

EL GUARDIA NOCTURNO 1

Hacia tiempo que Elsa habia observado al guardia nocturno que hacia rondas en los edificios de departamentos donde ella vivia. Le llamaban la atencion su corpulencia, su personalidad medio timida y su voz y actitudes amariconadas. Con ella era muy respetuoso y caballero, y siempre conversaban un poco a la pasada cuando se encontraban.

Esa noche ella llego caminando, era mas de medianoche, y entro por porton de atrás. Hacia calor y Elsa caminaba lentamente gozando la brisa fresca de la noche entre los arboles, los que oscurecian el sendero interior entre los edificios. Todo estaba silencioso y tranquilo.

De pronto vió algo que se movia en una de las escalas del edificio ubicado frente al suyo, aguzo la vista y reconocio al guardia nocturno, eso la tranquilizo. Se dijo que deberia estar descansando y tomando el frescor de la noche como ella. -Que raro- pensó – deberia sentarse aca abajo en un banco en vez de estar parado ahí en ese descanso del segundo piso. Como ya estaba casi debajo de donde el estaba, le iba a hacer ese comentario, cuando noto que se movia de una manera extraña, se detuvo en silencio detras de un arbol y lo miro con detencion. Casi se le sale un gritito cuando se dio cuenta de que el guardia se estaba masturbando!, -Cochino!- se dijo en su interior, pero igual siguio observandolo, entre curiosa y molesta. Se fijo que él estaba atentamente mirando hacia una ventana que tenia las cortinas abiertas, era el departamento ubicado sobre el de ella. Alcanzo a distinguir desde abajo unas figuras y unas sombras que se movian, y escucho una musica no muy fuerte que provenia de alli. Se extraño de no haberla escuchado antes. Volvio la mirada hacia el guardia y lo observo con toda su atencion ahora que entendia lo que estba haciendo, alcanzaba a distinguir la mano que se movia ritmicamente en su entrepiernas, incluso creyo ver la cabeza de la verga, aunque no estaba segura, la situacion la excitó, trató de acomodarse para ver mejor y sin querer piso un envase plastico vacio que estaba tirado en el suelo, alcanzo a ver que él hacia un movimiento con su trasero hacia atras como para guardar su miembro y se asustó. Se escondio tras el arbol rapidamente, conteniendo la respiracion. Penso que hacer, y resolvio devolverse unos pasos y meter mas bulla para hacerle creer al guardia que recien venia.

Cuando comenzo a caminar de nuevo normalmente escucho que el guardia descendia la escala un poco apurado, al pasar mas alla del arbol donde habia estado escondida, el guardia la saludo como si nada –Buenas Noches señora Elsa- dijo, ella tratando que su voz se escuchara normal respondio – Buenas noches, todo tranquilo?-

-Sí, contesto él, caminando a su lado- solo que el el departamento arriba suyo tienen fiesta otra vez.

-No se preocupe –dijo Elsa- no son muy bulliciosos.

Mientras decia estas palabras, por la mente de Elsa cruzo un pensamiento perverso, y le dijo:

-Le invito a un café para que se relaje.

-Gracias señora, es usted muy amable- contesto él.

Caminaron hasta el departamento de Elsa en silencio, y entraron tranquilamente.

-Sientese- le dijo ella- pongo la cafetera y mientras esta el café me pongo ropa mas comoda.

Cuando estaba en el dormitorio Elsa se arrepintio de haberlo invitado, no le gustaba ese hombre, aunque lo encontraba muy caballero, en realidad no sabia para que lo habia hecho pasar. Decidio no cambiarse ropa, y se quedo con esa falad apretada y muy corta y con los zapatos aguja, solo se saco la chaleca y quedo con esa blusa gris perla muy clara que traslucia totalmente su brassiere. Asi volvio al living.

Estaban tomando el café y conversando de cuaquier cosa cuando Elsa noto que la mirada del Guardia se dirigia a sus piernas y a sus pechos a cada rato. –Vaya , vaya –penso- asi que no es tan marica al final.

Entonces se le vino la idea, -voy a ver si soy capaz de calentarlo- se dijo.

Cruzo nuevamente la piernas, pero esta vez tratando de que la falda se escurrriera un poco mas y dejara gran parte de sus largas piernas a aire.

-Hace calor no? Dijo elsa y como sin intencion se desabotono el segundo boton de la blusa.

El seguia conversando sobre una vecina que tenia un perro ovejero aleman en su departamento, y que él a veces sentia quejarse en las noches. Sus ojos iban y venian de las pierna al escote de Elsa.

-Quizas que le hace al perro- dijo ella riendose con ojos maliciosos.

-De veras- le contesto el y siguio hablando como si no hubiera entendido el doble sentido.

Elsa casi se habia desencantado, cuando sin querer miro hacia el enterpiernas del guardia y vio el bulto, grande y grueso que bajab por el lado. Se dio cuenta que él tenia el miembro erecto y eso la excito, alguna vez habia pensado en el tamaño del pico de ese hombron y penso que se habia quedado corta, se agacho hacia la mesita de centro para tomar los cigarrillos y el le miró el escote con los ojos bien abiertos. Su rostro estaba enrojecido y se notaba muy acalorado. De pronto él dijo –bueno Señora Elsa, gracias por el café, tengo que hacer mi ronda…

No hay comentarios.:

Publicar un comentario