20 sept 2010

MEMORIAS DE UNA AMIGA: NELLY 2

Primer Antojo Serio

Fiesta de curso. Estaba bailando con el pololo de entonces... un pelirrojo con pecas, típico alumno del Instituto Nacional, de segundo medio... el curso con el que organizábamos fiestas en conjunto. El me gustaba mucho y varias veces había intentado algún acercamiento más íntimo, pero yo evitaba estar en condiciones ideales como para que sus avances fueran más intensos. No es que no quisiera ya sentir un manoseo sin orden por todo el cuerpo, ni saber lo que era meterme todo un falo hasta el fondo... pero tenía pánico a embarazarme y él no me parecía que supiera cómo protegerse. Mi proyecto era no casarme... y mucho menos tener hijos. Pero los pololos y pretendientes se trastornaban desde el principio. Creo que algo tenía que ver con que yo estaba siempre alegre... bailando hasta que me daba hipo en las fiestas y sin ninguna inhibición...

Cuando no estaba pololeando, me buscaban para bailar... ojalá para apretarse en alguna canción lenta... Pero yo sabía que todas mis compañeras estaban mirando... así que fingía que no me interesaba ninguno, excepto claro, que se tratara de mi pololo. Si era así, no nos soltábamos... nos besábamos, pero no tan descaradamente... aunque sí me gustaba sentir cómo jadeaban cuando los tocaba como por casualidad... o cuando daba algún giro “inocente”... y luego los abrazaba...

Esa noche estaba con mi pololo. Era muy atractivo, muy cordial con todos... pero vivía lejos... y tenía que irse. Yo quise quedarme. Estábamos en la casa de un amigo y no faltaría quien me acompañara. Sabía que un muy buen amigo del dueño de casa me había estado mirando toda la noche. Yo sólo lo había saludado al llegar. Pero sentía que teníamos algo pendiente. Me invitó a bailar, al verme sola. Me abrazó un poco temblorosamente, un poco alterado... un poco caliente... Yo sonreí... lo abracé despacio... apenas nos movíamos. Sentía el roce de su pene grande y rico... Nos mirábamos de vez en cuando... de repente nos besamos. Ya no me importaba que todos pensaran que estaba engañando a mi pololo. Este tipo era mayor. El sí se mostraba hambriento. Y su hambre me excitaba. Me fue a dejar al terminar la fiesta. El departamento donde vivíamos estaba cerca. Nos quedamos en la escalera por una hora, al menos. Lo besé ya descaradamente. Su boca se abría para comerse todo... pero estaba vestida... lamentablemente. En algún momento comenzó a tocar mis pechos. Yo era virgen. Creo que él no estaba seguro... pero las ganas que tenía de sentir a un hombre eran tremendas.

Me costaba tanto pensar en otra cosa. No tenía nada para leer que me gustara sobre el tema. Así que me dedicaba a soñar despierta todas las noches... me imaginaba que vendría algún hombre y me tomaría de a poco... besándome hasta que me doliera la boca... hasta que la lengua se cansara de tanto hurgar en la boca ajena... y luego metería sus manos buscando el par de tetas (que sobresalían aunque no hiciera ningún esfuerzo)... moviéndolas en círculos... (¿por qué suponía que los círculos debían ser eróticos?) y claro, finalmente metería sus manos entre mis piernas... deslizando sus dedos sobre la vulva... que siempre palpitaba sin control... cada vez que sentía a un hombre que me gustara cerca... yo no hablaba... pero algo había en el aire... siempre recibían el mensaje... de algún modo... y tarde o temprano se acercaban... y salíamos o bailábamos, si era en una fiesta... y me buscaban... ¡y yo sufría pensando que quería saber si chupar a un hombre sería tan rico como imaginaba.!... si frotarse con él sin limitaciones me llevaría a galopar alocadamente hasta que lanzara todo su semen dentro... o encima... especialmente encima... imaginaba que debía ser un líquido caliente como estaba siempre la temperatura entre mis piernas... no podía tocarme... lo que necesitaba era un pico de verdad para jugar... y jugar... y jugar...

El amigo de mi amigo... seguía besándome mientras me decía lo rica que era... que mis “tetitas” eran invitadoras... que tenía un cuerpo muy atractivo... que le gustaba como besaba... etc. ...yo lo toqué, en algún minuto, bajo su ombligo... luego bajé hasta el cierre de su pantalón.... estábamos mareados de calientes... pero me acordé que no quería embarazarme... que era virgen... que estaba en la escalera... que tenía que llegar luego para que no me retaran (yo salía sólo una vez al mes... cuando había fiesta de curso)... y él me contó que se iba en dos días más de viaje... estaba postulando a la Fuerza Aérea.... Que le parecía una desgracia haberme conocido justo ahora... y que no volvía en mucho tiempo... que además yo era tan dulce... y tan pequeña... (tenía 15 años!)... pero que cualquier hombre iba a estar feliz de tenerme... y entonces me preguntó... ¿eres virgen? Claro... le contesté... ¡y yo estuve a punto de...! pero no terminó la frase... me besó ya con dulzura... me acarició mientras nos calmábamos... y no supe de él sino hasta dos años más tarde... cuando vino a verme con nuestro amigo común... se veía espectacular... bronceado y más hombre... pero yo estaba pololeando ya más en serio... y él estaba de paso por Santiago...

Años más tarde... yo estaba esperando a mi tercera hija... iba por el centro y me encontré con mi amigo... fuimos a tomar un jugo... conversamos harto y nos reímos de los recuerdos... y de repente me mencionó a su amigo... ¿sabes que hace tres días lo vi? ¿y adivina qué me preguntó? Quería saber si alguna vez volví a verte... me dijo que no sabía bien por qué... pero nunca se había olvidado de ti... que siempre le habías gustado...

Curioso... yo tampoco me olvidé de él... (aunque sí de su nombre)... Hubiera sido rico... estoy segura... gozarlo y hacerlo gozar...

¡Ah! Lo olvidaba... al lunes siguiente de la fiesta, vino mi pololo... con cara de furioso... a terminar oficialmente conmigo... No negué nada... (todo el mundo me había visto)... me encogí de hombros... le dije que tenía razón... que mejor termináramos... Siguió apareciéndose por el liceo durante mucho tiempo... se reía fuerte para llamar mi atención, supongo... a veces se quedaba en una esquina, frente al balcón en donde estaba mi sala... toda la mañana... Nunca más me interesó verlo.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario