23 sept 2010

MEMORIAS DE UNA AMIGA: NELLY 5

TIMIDO

Me lo habían presentado durante una cena con amigos. Parecía un tipo divertido, aunque un poco tímido. Bailamos un rato y me invitó a salir otro día, solos. Salimos un par de veces, pero además de reírnos de buena gana, me parecía que quería estar conmigo, pero no decía nada. No lo vi sino hasta varios meses más tarde, en una fiesta. Apenas entró nos quedamos mirando inmóviles. Tuve que hacer un gran esfuerzo para no tirarme encima de él. No entiendo cuál fue la diferencia. Pero en ese momento supe que debía sentirlo en mí. Nos saludamos normalmente, pero sólo en apariencia. Cuando ya estábamos bailando me dijo que no aguantaba las ganas de salir de allí… pero conmigo. Nos vamos cuando tú digas. Dejé pasar un rato… pero estaba desesperada. Luego nos fuimos. Quiero tocarte entera. Que sientas mi lengua en todas partes. Saber cómo eres. No sé cómo habló tanto en tan poco rato… Me dijo que no pensaba llegar a su casa (era casado) y que tenía toda la noche para mí.

Llegamos al motel y ya era tarde. Apenas alcancé a entrar cuando ya tenía sus manos bajo mi vestido, apretándome contra su verga que era grande y gruesa. Yo estaba tan caliente como él. No tenía ninguna noción de cómo sería. Sólo sabía que lo deseaba, que necesitaba el calor de su cuerpo en el mío, que me estaba moviendo para sentirlo más cerca de mí, que su boca estaba en el cuello, buscando los pechos, las manos suyas se metían bajo los calzones, que me agarraba como si se le fuera la vida en eso, que me decía que me había estado esperando desde un principio, que el vestido se cayó al suelo y su camisa también, que necesitábamos quitarnos la ropa con urgencia y que avanzábamos hacia la cama sin poder soltarnos. Ahora sí que te voy a chupar, ahora sí que te lo voy a meter hasta que acabes de puro gusto… ahora sí que te voy a tomar completita… Y yo lo escuchaba, como si fuera otro, alguien que no conocía… y que me encantaba. Desordenado y ardiente para mí…

Me recostó y sujetó mis manos mientras con su boca abría la mía con besos largos y mezclábamos las lenguas… yo intentaba moverme y no podía. Ese hombre era demasiado fuerte, imponente cuando estaba vestido… e increíble cuando estaba desnudo. Ahora vas a sentirme, me dijo… y bajó tan suavemente con su lengua que no pude resistirme. Abrió la vulva delicadamente, sus dedos parecían dibujarme lentamente y yo sólo cerré los ojos perdida en el placer que él de verdad me daba. No sé cuánto tiempo permanecí casi inmóvil, hasta que me puso boca abajo para… yo pensé que era para sentir la pichula entera metida allí… pero no, era su lengua…!!! Y ya no supe que dije o que hice… me desarmó completamente… y después de mucho rato… se montó en mí, moviéndose de a poco, muy pendiente de mis reacciones, absolutamente dedicado. Quiero que goces conmigo (¿acaso no se notaba?) Sí ya lo hago… pero quiero que sientas más, para que vuelvas a sentirte así. Creo que acabé un par de veces antes de que él lo hiciera. Y cuando ya terminamos me confesó que creía que no podía complacer a una mujer, que la suya le decía siempre que él no era normal porque siempre estaba pensando en el sexo. Yo lo escuchaba incrédula. Si ese hombre no sabía cómo satisfacer a una mujer entonces yo había estado soñando. El estaba feliz y agradecido. No dormimos nada y él tenía que trabajar al día siguiente. Pero dijo que valía la pena. Que yo era lo mejor que le había pasado en la cama (tan caliente y divertida…!) Nos seguimos viendo durante un buen tiempo. Y creo que aprendió, por lo menos, que no todas las mujeres eran tan estúpidas como la suya. Y que habían mujeres tan sexuales como él.

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