5 may 2011

PATVÉ: Historia real de la vida de una amiga travesti. LV

Capítulo LV, Tomando la Iniciativa

Fabián seguía viendo la película, yo miraba la televisión también pero ocasionalmente le miraba el pecho. En el video la muchacha rubia que estaba recibiendo aquella cosa tan grandota del tipo que la estaba “matando” del gusto según Fabián había sido substituida por un par de chicas que iniciaban un nuevo video que el dejó continuar sin preguntarme si lo dejaba.

No me importaba, al contrario, animaba mis pensamientos. Nunca había visto un video de dos chicas en acercamientos sexuales y la verdad es que me gustó, inclusive mas que el video anterior en el que sentí que la chica realmente no gozaba con algo tan grande como había estado recibiendo.

Seguimos viendo ese y otro video mas, Fabián se levantó y me preguntó si quería tomar algo, le dije que solo un vaso de agua y salió del estudio. Al darme la espalda pude verle bien sin que el lo notara. Era mas bien delgado pero su trasero estaba un poco resaltado, quizá de un tamaño natural pero que se le veía asi por lo delgado de sus piernas, regresó en un momento con dos vasos de agua, me dio uno y se quedó el otro.

Se sentó nuevamente en el sillón, pero ahora unos centímetros mas alejado de mi de cómo estaba antes de ir por el agua. Yo quería estar nuevamente al menos a la misma distancia que teníamos entre los dos antes de que el se parara, no sabía como acercarme pero se me ocurrió levantarme y bajarle un poco el volumen a la televisión, en realidad nada, solo fue un movimiento que me daba la oportunidad de regresar al sillón y sentarme nuevamente cerca de el. Si me decía algo, solo me movería y ya y si no, pues recuperaba la posición para poder tocarlo de nuevo.

Cuando me senté no se movió, al cabo de un minuto se recostó en el sillón poniendo la nuca en la parte superior del respaldo como para estar mas cómodo para seguir viendo el video al cual prestó mas atención que al hecho de que yo me había sentado cerca de el, volteó a verme pero no me dijo nada y volvió su mirada a la televisión en donde las chicas se acocaban entre si y una de ellas comenzó a desabrocharle la blusa a la otra dejando ver el encaje de sus sostén. Las chicas siguieron en la televisión y yo por mi parte, echando a volar mi imaginación.

Ansioso de volverlo a tocar, trataba de pensar de que manera podría hacerlo sin que resultara demasiado obvio, el video avanzaba y sabía que no tenía mucho tiempo asi que se me ocurrió hacer nuevamente referencia a lo denso de sus vellos y sin mas, le puse la mano sobre la pierna la cual también tenía cubierta de pelo. La apoyé no para tocarle el vello si no mas bien tocándole la pierna pero para disminuir un poco el impacto de este movimiento le dije:

- De aquí también estas bien peludo

En esta ocasión si hubo una reacción de su parte pues movió un poco la pierna como para alejarla del alcance de mi mano al momento que me dijo:

- Eyyy, ¿Qué quieres?

No, nada, contesté, me quedé quieto y acerqué de nuevo mi mano a su pierna recuperando el contacto, con la exaltación de mi erotismo al máximo tome aire y moviendo mi mano un par de centímetros hacia arriba para después regresarla al lugar en el que la había puesto originalmente repetí:

- Nada, solo quería ver si tienes tantos vellos en las piernas como en el pecho. Diciendo esto retiré la mano de su muslo, respiré profundo y la pasé a su pecho donde la apoyé ya no sobre sus vellos únicamente si no sobre su piel haciendo una tenue presión y dije: No, pues si que has de tener calor, ¿verdad?, y eso que no traes camisa.

- Pero para saber si siento calor no me tienes que agarrar la pierna.

- No te estoy agarrando la pierna.

- No, la pierna ya no ¿pero que tal el pecho?, no te hagas…

Aguanté la presión del momento, evité su mirada, no retiré la mano, la moví muy lentamente pero ahora no de lado a lado, si no de arriba hacia abajo, no mucho y la volví a subir pero no la retiré.

El se me quedó viendo, estaba mas bien pasivo como tratando de interpretar lo que estaba pasando sin saber bien a bien que hacer. No reaccionó agresivamente ni me pidió que retirara la mano de su pecho pero me preguntó de manera directa:

- ¿Eres gay?

No me incomodó la pregunta pues resultaba como una especie de llave para abrir la puerta de lo que podía seguir; de lo que yo quería que siguiera. El no se había movido para retirarse del contacto de mi mano, eso me indicaba que al menos ya no se iba a presentar una reacción desmedida por lo que estaba haciendo. Pensé en quitarla pero si lo hacía sería perder todo el terreno que hasta el momento había avanzado.

La pregunta que me había hecho era una pregunta directa, la respuesta que el podía esperar era casi obvia pero no supe que contestar verbalmente asi que moví la mano en un pequeño círculo sobre su pecho tratando de semejar una caricia como cuando una mujer la hace a un hombre tratando de resaltar el inicio de un momento de intimidad. Bajé el tono de mi voz para tratar de hacerlo un tanto femenino y le pregunté a mi vez a manera de respuesta:

- Tu; ¿eres gay?

- No, pero no te hagas, yo te pregunté primero, ¿eres?

No había tensión de su parte, en el ambiente se sentía mas bien una justificada curiosidad de ambos por saber que pasaría a continuación. Seguí moviendo mi mano en círculos alrededor de su pecho en un acto que evidenciaba la respuesta a la pregunta que me había hecho.

- No, le dije haciendo lo contrario a lo que le estaba diciendo pues dibujé nuevamente un movimiento circular con mi mano pero ahora mas lento y alrededor de uno de sus pezones, el lo permitió pero dijo:

- Entonces quita la mano de ahí. Su tono no era agresivo si no mas bien como expresando una especie de reto en donde el sabía de antemano que yo no accedería.

- ¿Y si no la quito?

- Ya te dije que es porque eres gay.

- Y yo ya te dije que no lo soy.

Mientras decía esto, de manera encontrada a mi decir empecé a hacer movimientos circulares sobre su tórax abarcando en cada ocasión un espacio hacia su abdomen y le empecé a acariciar la zona del ombligo en donde metí la punta de mi dedo medio de manera suave, como simulando una especie de penetración. El reaccionó diciendo:

- Órale, ya te dije que yo no soy

- No, no tienes que serlo, solo estas recibiendo un masaje, eso no quiere decir que seas gay.

- ¿Y tu?

- Tampoco, solo estoy sintiendo tus vellitos, además lo estamos disfrutando, ¿no?

- Lo estarás disfrutando tu

- Los dos, repliqué, solo que estas nervioso

- No, no es eso.

- Relájate un poco, te prometo que si no te sientes a gusto no le sigo

- Pues no me siento a gusto, asi que ya párale

- Espérate unos minutos, si no te gusta lo dejamos, antes déjame hacerte asi un poquito mas, a ver si piensas diferente

- No, ya se que no me gusta

- ¿No te gusta o no quieres?

- Bueno, no quiero

- Espérate tantito y si no, lo dejamos

No dijo nada, se quedó estático por un momento lo cual interpreté como una especie de aceptación o al menos un estado de duda de su parte que me daba oportunidad de avanzar un poco en mis acciones.

Pensé que yo tendría que ser muy atrevido en mis siguientes movimientos para excitarlo mas allá de sus pensamientos restrictivos asi que moví la mano de arriba hacia abajo hasta el resorte de la cintura de su bóxer.

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