6 may 2011

PATVÉ: Historia real de la vida de una amiga travesti. LVI

Capítulo LVI, Contacto

La cabeza quería explotarme de la sangre que me estaba llegando por la emoción intensa del momento, metí la punta de mis dedos, solo la parte de las uñas al resorte moviéndolos a lo largo por la parte del frente teniendo el cuidado de no meter la mano demasiado, el no dijo nada, solo se recostó aun un poco mas para facilitar el acceso de mis dedos al interior del bóxer, mientras yo no cabía en mi de la emoción, le dije:

- ¿Ya ves que no tienes que ser gay para disfrutar de un momento asi?

- Pero uno de los dos tiene que serlo para estar haciendo esto y ese no soy yo.

- Esta bien, tu no eres gay, nadie tiene que serlo, repliqué para tranquilizar un poco su conciencia, solo lo estamos haciendo y disfrutando, no lo calificamos de ninguna manera porque nos esta gustando, ¿o no?

- Te estará gustando a ti, eso quiere decir que el gay eres tu.

- No, a menos que hiciera otras cosas y no las estoy haciendo, solo te estoy tocando tus vellitos

- No te hagas, me estas acariciando

- Bueno, pero solo aquí, dije haciendo una leve presión con la mano debajo del resorte avanzando hacia abajo un par de centímetros.

- ¿Quieres mas?

- ¿Si meto mas la mano quiere decir que soy gay?

- No te hagas, donde la tienes ya esta muy abajo, eso quiere decir que “eres”

- No, lo sería si te tocara en alguna otra parte y no lo estoy haciendo.

- Pero quieres

- ¿Si te toco quiere decir que lo soy?

- Ya donde tienes la mano lo sabes

- No, te tendría que tocar mas abajo

- ¿Quieres hacerlo?

- Si lo hago ¿vas a pensar que soy gay?

- Yo creo que no te atreves a hacerlo

- No, ya no me atrevo

Estaba diciéndole esto pero pensando en que poco a poco iría bajando la mano para acercarme al objetivo que me había fijado.

- Pues entonces ya no muevas la mano de ahí

Me hizo volar, el decirme que ya no moviera ya la mano de donde la tenía era como una especie de autorización a que por lo menos la podía dejar ahí o avanzarla un poco mas, al menos asi lo interpreté por lo que la avance un par de centímetros hacia abajo, percibiendo lo entrecortado de mi propia respiración al sentir el principio de la base de su vello púbico el cual ricé con los dedos de mi mano, el dijo:

- Ya no metas mas la mano

- ¿Por qué?, ¿no te gusta?

- Precisamente por eso, pero no debe ser

- Que yo te agarre a ti no te hace que seas gay

- Como sea pero no me vayas a agarrar, no quiero

- ¿Ni siquiera quieres que te haga asi?, le pregunté mientras con la yema de los dedos toqué la base de su tronco

- No, contestó, pero no hizo ningún movimiento por apartarse o sacar mi mano

- ¿Asi? Le pregunté mientras con mis dedos rodeaba su pene y lo apretaba suavemente

- No, contestó pero continuó sin moverse, como dejando que las cosas fueran pasando al ritmo que yo las estaba manejando.

- ¿Y asi? Repetí tomando su pene entre mis dedos subiendo y bajando su pellejito llenándome de una excitación que estaba desesperado por transmitirle

- No. Esto lo dijo ya con voz baja que me hizo saber que se estaba saliendo fuera del control que el mismo se había impuesto

- ¿Estas seguro que no quieres que te haga? Le pregunté subiendo y bajando su pellejo con la mano un par de veces.

- A lo mejor me gusta que me hagas, pero no esta bien, además creo que al que mas le esta gustando es a ti. ¿no?

- No, le contesté cínicamente, pues eso querría decir que sería gay y eso te espantaría ¿no? Y reí jaja

- Pues si dices que no te gusta entonces quiere decir que te estas “sacrificando”, ¿no?

- Si, ¿Cómo ves?, ¿Por qué no quieres que te agarre?

- No se, contestó, el gay no soy yo

- ¿Y si te hago asi muchas veces quiere decir que soy gay? Le dije mientras subía y bajaba la mano corriendo su pellejito.

- Tu sabrás, desde el principio me querías agarrar, ¿no?

- No, le dije mintiendo, primero solo quería sentir tus pelitos pero al tocarlos lo imaginé.

El se recostó aun mas en el sillón, dijo:

- No seas “mentirosa”, desde el principio te morías de ganas de agarrarme el “manojo”.

- No es cierto, repliqué en tanto el movimiento de mi mano decía lo contrario a lo que yo le contestaba pues lo toque de manera abierta y sentí plenamente lo evidente de una erección de la que posiblemente el estaría arrepentido de estar teniendo.

- Bueno, si no querías agarrarlo lo disimulaste muy bien comentó en tono de broma.

- Solo quería acariciarte los pelitos

- ¿Solo eso? ¿No quieres jugar con el un rato?

- Si, pero me da pena

- ¿Pena?, si se ve que te encanta pero si ya no quieres agarrarlo tu te lo pierdes.

- ¿Qué pensarías de mi si te hiciera mucho rato asi? Le pregunte mientras hacía nuevamente mi mano para arriba y para abajo apretando su pene y con el movimientos “jugándole” el pellejito.

- ¿Si me hicieras?, pero si ya me estas haciendo

- Si, pero tu todavía no dices si te esta gustando, además, ¿Qué vas a pensar de mi?

- Pues que te gusta, creo que te mueres de ganas de seguirme haciendo.

- No, no es cierto, mentí mientras le subía y bajaba el pellejito ahora mas despacio aliviando la tensión del momento.

- ¿Ya ves que si?, ¿Por qué no lo aceptas?, quieres “hacerme” pero no te atreves

- Ya te toqué

- Si, pero solo lo estas jugando, si te gusta sigue

- Me da pena

- ¿Pena porque?, si te gusta pues hazlo, ¿Qué, no te animas?

- No, si me animo pero no se que vas a pensar de mi.

- Pues que te gusta, se te nota a leguas.

- ¿Cómo sabes?

- A ver, saca la mano de ahí

- No, déjame otro ratito.

- ¿Ya ves?, ¡te encanta!, acéptalo.

- Si, me encanta

- Pues entonces ya no hables y “hazle”

Bajé la mano una y otra vez, por un minuto o mas en una franca masturbación que lo hizo estremecerse, lo que a su vez me hizo saber que yo estaba haciendo “mi tarea” de la manera adecuada. Empecé a hacerle un poco mas rápido y escuché mi propia respiración entrecortada que provocó que el me preguntara:

- ¿Te gusta?

- Si

Era todo lo que tenía que decir, la respuesta era franca, alejada de una exitación del momento y mas bien enmarcada en una sexualidad que empezaba a disfrutar como tal, no le dije mas, seguí moviendo la mano, me le quedé viendo a los ojos y el a mi, no sentía pena, si dejaba que le estuviera agarrando como lo había hecho quería decir que podía seguir por ese camino. El se acomodó en el sillón recostándose todavía mas. Con su mano derecha levantó el resorte y se asomó a ver lo que yo estaba haciendo, observó por unos segundos y preguntó.

- ¿Ya sabes si te esta gustando?

Yo estaba en las nubes, ya era obvio que le estaba agarrando el pene sintiendo algo extraordinario lo cual me dio seguridad asi que empecé a jugar un poco con la situación, bromeando le dije:

- No, para saberlo tendría que hacerle asi como cien veces todos los días, jaja. Le dije bromeando, tratando de decirlo con algo de coquetería en combinación de una malicia erótica.

- Pues empieza a contar dijo riendo al momento que metió la mano bajo el bóxer y cubrió la mía haciéndola para arriba y para abajo en una masturbación complementada por ambos.

Lo hizo varias veces, era un movimiento suave y combinado y le estaba resultando de tal manera placentero (seguramente no mas que lo que me estaba gustando a mi) que cerró los ojos y se abandonó a disfrutar lo que yo le estaba haciendo con su ayuda, la sensación de su pene en mi mano me tenía fascinado, me resultaba muy satisfactorio haber podido manejar la situación para llegar a ese punto.

Yo aproveché para tomar un poco de control de la situación, bromeando le pregunté:

- ¿Ya ves que si eres gay?

- El gay eres tu, me contestó si abrir los ojos, nada mas óyete como estas respirando, yo solo estoy dejando que te diviertas.

- Gracias, le contesté con toda la intención de que sintiera que realmente le agradecía el momento que me estaba dando

- ¿Ya ves que si te gusta?.

No le dije nada, tenía razón.

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