6 mar 2011

PATVÉ: Historia real de la vida de una amiga travesti. XXII

Capítulo XXII, La Farmacia

Yo traía zapatillas y no me resultaba muy familiar caminar con ellas. Alfonso lo notó pues comencé a bajar despacio por temor a resbalarme o caerme. El me dijo que me asiera del pasamanos y me tomó del codo brindándome un apoyo para facilitarme el bajar las escaleras.

- Baja despacio y mas bien como de lado, recuerda, como lo haría una mujer. Imagínate que eres realmente una chica. Debes de pensar en comportarte como una, no es nada mas que estés vestido de mujer, tienes que comportarte y actuar como una, por ejemplo, esta forma de bajar debe ser mas delicada. Tómate del barandal y apóyate en mi brazo. Diciéndome eso pasó su brazo entre mi brazo y bajamos los cuatro pisos como si yo fuera una dama y el un caballero de antaño.

En el segundo piso nos topamos con una de las vecinas que vivía en el edificio. Yo me puse muy nervioso y le apreté el brazo, el la saludó y la señora volteó a verme y me saludó. Yo no dije nada, agaché la cabeza y miré como si estuviera viendo dónde dar el paso.

- ¿Por qué no saludaste?

- ¿estas loco?, como la iba a saludar, ¿Qué tal si me reconoce?

- Ay “muñequita (¡me dijo muñequita!) ¿Qué no entiendes que en estos momentos no eres tu si no una mujercita? Nadie sabe que eres Alberto, la gente que te mira no sabe que eres tu, al ver tu imagen pensarán que eres una muchachita y solo eso, no se pondrán a imaginar cosas asi que compórtate como una niña de verdad y si te saludan o nos encontramos con alguien conocido, salúdalos, no pueden imaginar que seas tu, la gente esta viendo en ti una niña que además de todo, esta muy bonita porque ya se le notan sus pequeñas bubis. Ni en sueños se podrían imaginar que no pudieras ser una mujercita.

Entre lo que decía y la manera en que me dijo “muñequita” me quedé pensando, alborotándoseme la imaginación y asi llegamos a la planta baja, a la puerta del edificio. Antes de abrirla me dijo, imagina que ya muchas veces has salido. Hazlo con confianza para que te veas natural. Por lo pronto yo, dijo, me siento muy a gusto de poder acompañarte pues en realidad pareces una mujercita y además te ves muy bonita.

Nuevamente se refería a mi en femenino. Me causaba un placer especial.

- ¿Lista? Preguntó

- Si, suspiré y como lo haría una mujer, esperé a que el abriera la puerta del edificio.

- Asi, se hace, como si fueras realmente una damita. Me tomó suavemente del brazo y me dirigió al exterior.

Estábamos al fondo de la unidad, teníamos que pasar por la puerta de los otros edificios para llegar a la calle

El me siguió tomando del codo con su mano, caminamos por el empedrado que conducía a la entrada de la unidad. De repente vi a unos chicos jugando pelota en el estacionamiento. Como me conocían porque me veían pasar cuando regresaba de la escuela. Me puse muy nervioso y le dije a Alfonso que mejor nos regresáramos.

El me volvió a decir:

- No seas tonta, (volvió a usar el término en femenino lo cual me gustaba y emocionaba) nadie sabe que eres tu, Todos ven a una linda chica, no te ven a ti realmente.

- Entonces ¿de veras parezco chica?

- Si y muy bonita. De veras que si no hubiera conocido a tu hermana y tu hubieras sido realmente mujer hubieras sido mi novia.

- Presumido, ¿y como sabes que yo te hubiera dicho que si?

- Pues porque si le gusto a tu hermana, si tu hubieras sido mujer creo que te hubiera gustado a ti también ¿no?

- Tendríamos que imaginarlo porque nunca se va a dar eso.

- SI, no se va a saber, pero lo puedes imaginar.

- No, me gusta vestirme como chica, pero no me gustan los chicos.

- Claro, porque eres hombre, pero si hubieras sido mujer, solo imagínatelo.

- Bueno, asi sería lógico.

- Bueno, pues en este momento eres mujer, asi que te lo puedes imaginar.

- No eres mi tipo, bromeé y reí.

- En cambio, si tu hubieras sido mujer estoy seguro que me hubieras gustado, si asi arreglada sabiendo que eres hombre te veo bonita, imagínate si en realidad hubieras sido mujer.

Ven, me dijo atrayéndome hacia el. Yo quise resistirme pero el me estrechó, me dijo que no fuera tonta, que de esa manera la gente pensaría que éramos novios y estarían seguros de que yo era mujer.

- ¿Es lo que quieres no?

- ¿Qué?

- Que la gente crea que eres mujer

- Si pero no esta bien que me abraces

- Si, esta bien, por el momento disfrútalo, caminemos.

Diciendo esto pasó su brazo sobre mis hombros y me abrazó para soltarme inmediatamente.

Algo había en esa plática que me hacía sentir mariposas en el estómago, me gustaba pero a la vez me daba una especie de temor, no se si por mi hermana o porque no entendía mis pensamientos.

Llegamos a la calle y caminamos unos pasos, le dije:

- Esta bien, regresemos.

- Esperate tantito, ¿no te gusta?

- Si, pero le dijimos a Claudia que solo sería venir a la calle y ya, el dijo.

- Quiero comprar cigarros, acompáñame a la farmacia.

- ¿Y Caludia?

- Pues le decimos que me acompañaste.

- Se va a enojar

- No, si vamos rápido.

Pensé que era muy osado contrariarla, pero el sentir que al me tomaba de la cintura y me hacía caminar hacia la farmacia me hizo olvidar cualquier otra cosa, le pregunté

- ¿Deveras, me veo bien?

- Te ves tan linda como cualquier mujer

Fue suficiente, no pensé en lo que me iba a decir mi hermana al regresar, me dejé llevar por Alfonso, simplemente, de manera natural.

La ropa que llevaba no era especialmente sexi, era normal, pero yo sentía que la gente me miraba. Se lo comenté a Alfonso y el me dijo que era natural, que me fijara que hombres y mujeres siempre voltean a ver a las mujeres y que las mujeres en cambio agachan la cabeza o voltean la mirada a otro lado cuando se cruzan en el camino con un hombre..

Le dije que no me sentía a gusto que la gente me mirara, entonces me volvió a abrazar pero esta vez no me soltó. Le dije que me soltara, que si no, la gente iba a imaginar que seríamos novios o algo asi y no estaba bien de que la gente pensara que éramos novios pues el era novio de mi hermana.

- No seas tonta, comentó, solo es la finta para que no te miren con insistencia, es una manera de decirles que estas con alguien y no sola.

- De todos modos no quiero que me abraces

- ¿Porque?.

- Porque va a parecer que somos novios

- De eso se trata, en este momento tu eres mujer y esta bien que una mujer tenga novio, no te voy a hacer nada, tu y yo sabemos que no lo somos, pero deja que la gente lo piense y te sentirás mas como una chica. Entonces bajó su brazo de mis hombros a mi cintura y me estrechó hacia el diciendo, mira, de esta manera esta mejor.

Me sentía totalmente extraño. Sabía que era hombre, pero me estaba gustando y mucho que el me estuviera tratando como mujer. Caminamos hacia la farmacia, y durante todo el camino, el me estuvo abrazando por la cintura estrechándome hacia el.

Llegamos, ahí el compró unos cigarros y volteo hacia mi y me preguntó con voz alta.

- ¿Tu no quieres nada Amor?

Me sentí con una pena inmensa, me puse rojo como jitomate, el se acercó a mi como si me fuera a dar un beso en la mejilla y me dijo al oído “recuerda que en estos momentos eres mujer y es como si fuéramos novios”.

No le dije nada. Pagó me volvió a abrazar de la cintura y salimos de regreso.

- ¿Por qué me dijiste asi?

- ¿Cómo? Fingió el como que no sabía de que estaba hablando.

- Si, ¿Por qué me dijiste “Amor”?

- ¡Ah!, ¿no quedamos que en estos momentos si eres mujer es lógico que pudieras tener novio?

- Si, le contesté pero no el novio de mi hermana.

- Ay muñequita (me gustaba que me llamara asi) no son cosas reales, es solo que imagines como sentirías si fueras mujer, porque si asi fuera seguro que algún día llegarías a tener novio.

- Si, pero recuerda que no soy mujer.

- No, si eres. Cuando te vistes como mujer, en esos momentos eres mujer y asi, de mujer un día te van a dar ganas de tener un novio.

- No porque se que no soy mujer.

- Lo eres cuando te vistes de mujer, ahorita, por ejemplo, estás vestida de mujer y te sientes mujer, ¿no?

- Si, pero es diferente.

- ¿Diferente en que? Una mujer tiene novio y ya, de aquí a la casa tu puedes sentirte asi, como si fueras mi novia.

- No porque eres novio de mi hermana.

- Solo siéntelo, vas a sentir muy bien, no va a pasar de que lo sientas de aquí a que lleguemos, no serás mi novia real, pero puedes sentir que si estas vestida como niña y va a un chico a tu lado, este puede ser tu novio. Es solo cuestión de imaginarlo.

Asi, fue. Nos regresamos caminando por la acera contraria en donde no hacía tanto sol. El me llevaba abrazado de la cintura y me atraía hacia el haciendo que nuestros costados mantuvieran el contacto

- Sabes que con ese busto asi pequeñito me gustas mucho?

- Bueno, te he de gustar como mujer, pero como no soy…

- No, en estos momentos eres una niña y como tal te ves muy bonita. Me gustas y me atrajo mas hacia el.

- ¿Y mi hermana?

- No entiendes, me gustas mucho, ella es mi novia pero tu como mujer me gustas también. Además es solo fantasía fingir que somos novios de aquí a que lleguemos a la unidad, después será como en el cuento de la cenicienta que se romperá el encanto y solo quedará el recuerdo de esta salida.

Así fue. Yo tenía miedo de que mi hermana supiera de todo eso que habíamos hablado, pero el al llegar a la unidad y caminar hacia el fondo a la puerta de nuestro edificio me dijo:

- Fantasías, fantasías son, me acercó de la cintura ciñéndome por un costado y me soltó. Agregó: Ningún comentario a tu hermana. No pasó nada, solo fueron fantasías que te regalé para que te sintieras realmente como una chica.

- Si, le dije, nada de nada a Claudia porque si no, nos mata, dije riendo como estableciendo una especie de comunicación secreta con el novio de mi hermana.

No pasó nada mas, llegamos al edificio, el me pidió la llave y caballerosamente abrió la puerta y haciendo de nuevo una caravana muy estilizada me cedió el paso.

- ¿Por qué tardaron tanto? Dijo Claudia cuando llegamos al departamento.

- ¿Tanto? Dijo Alfonso, fueron solo 10 minutos.

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